Hay que terminar
lo que se empieza, puedo ser un hombre de muchos recesos, pero no de proyectos
incompletos, así que aprovecho el feriado navideño y termino esto antes que
quede como una de esas promesas de año nuevo (en este caso de año viejo).
Este libro fue
uno de los primeros que leí en mi vida. Me llamó la atención que más de la
mitad del mismo fueran dibujos detallados y muy bien hechos de artículos
extraños. Como era un niño pensaba que todo lo que mostraban era en serio. Y yo
me reía mucho de algunos de los inventos porque luego de pensarlo un poco me
parecían absurdos, pero en fuero interior yo pensaba que era más listo que el
autor, que yo con mi aguda visión de 9 años podía mofarme de los cachivaches
que el Sr. Gomas nos explicaba tan seriamente en su libro.
Entre los
inventos que recuerdo a primera mano está el Altavoz para groserías. Era un
parlante enorme en el techo de una camioneta y su función era la de vociferar insultos
en el tráfico a los demás conductores. Ese fue un invento visionario porque
nadie se imaginaba que cornetas como esas, incluso más pequeñas y más potentes,
se construirían en la realidad para hacer más o menos esa función. Pero sin
necesidad de que el conductor grite, ahora solo basta que suene un CD de
reguetón o Chino y Nacho a altos decibeles, es algo igual de ofensivo.
También estaba el
primero de la lista: La afeitadora con sistema de transfusión, esta máquina
permitía recuperar la sangre de las cortadas al afeitarse y además reinsertarla
en el organismo. El clarinete con dardos envenenados para atacar a los
vendedores que molestaban en la
puerta. Una guillotina para delitos menores (solo decapitaba
dedos). El cura ronquidos que consistía en un micrófono conectado a unos
audífonos de tal forma que el emisor de ronquidos padeciera su propia bulla.
Además el primer
tercio del libro estaba compuestos por breves cuentos hilarantes que he tenido
la oportunidad de releer.
Aquí les dejo el
link para que descarguen el libro y se diviertan.
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